Para hablar del método de Trabajo Social Individual Familiar tambien se debe mensionar las otras metodologias esta primera podemos decir que se centra su intervención en el desarrollo de una relación de ayuda con otro individuo en problemas, en la que ambas partes asumen ciertos acuerdos que les permiten alcanzar la solución escogida.
El
método de Trabajo Social de Grupo apunta al trabajo grupal con individuos en
torno a procesos de prevención y rehabilitación social, en donde el proceso
grupal ayuda a mejorar la interacción de individuos, grupos y sistemas sociales
para el beneficio mutuo.
El
método de Trabajo Social de Comunidad o Desarrollo y Organización de la
comunidad, es un método de acción social que pretende a través de la organización
de la comunidad involucrada, la resolución de sus problemas.
Uno de los problemas de los métodos, se refiere a que los tres métodos de intervención señalados definen su unidad de trabajo tal cual lo señalan sus enunciados: el individuo, el grupo, la comunidad y, por lo tanto, la formación que recibe el Trabajador Social se encuentra centrada en metodologías que permitan intervenir en estas unidades de trabajo: el individuo, el grupo y/o la comunidad.
Uno de los problemas de los métodos, se refiere a que los tres métodos de intervención señalados definen su unidad de trabajo tal cual lo señalan sus enunciados: el individuo, el grupo, la comunidad y, por lo tanto, la formación que recibe el Trabajador Social se encuentra centrada en metodologías que permitan intervenir en estas unidades de trabajo: el individuo, el grupo y/o la comunidad.
Cuando
el Trabajador Social se enfrenta a otras unidades de trabajo como es la
familia, se encuentra con que su respaldo metodológico y teórico es insuficiente
para reconocerse como un profesional calificado para esta intervención, ya que
intervenir con la familia no es lo mismo que hacerlo con individuos, grupos o
comunidades.
Esto
se transforma en un dilema, ya que el Trabajador Social se enfrenta diariamente
a problemas familiares complejos, los cuales no siempre puede atender. Los
conocimientos adquiridos con los métodos tradicionales son insuficientes y
muchas veces opta por no intervenir. Así, termina derivando a la familia a otro
servicio o profesional.
Está
muy claro que en nuestro país cada día se ve más reducida la posibilidad de que
el Trabajador Social participe en el trabajo con familias como un agente
rehabilitador de los problemas que la afectan.
Se
habla de un Trabajo Social Familiar y este aún no ha sido definido. No se han
explicado sus diferencias y semejanzas con el método de Trabajo Social Individual
Familiar. No se han clarificado sus diferencias y aproximaciones con la TerapiaFamiliar y no se ha presentado un modelo que describa los pasos metodológicos
que se requieren para este tipo de trabajo.
De
acuerdo a lo anteriormente planteado este estudio se basa en las siguientes
premisas:
o Reconocer
a la familia como una unidad de estudio e intervención para el Trabajo Social,
la cual no es equivalente al individuo, al grupo o a la comunidad, sino que
posee una dinámica única y diferente.
o Reconocer
la necesidad que tiene el Trabajador Social de capacitarse en el área de
familia.
o Revalidar
al Trabajador Social como un profesional que, mejor capacitado, se encontraría
en condiciones adecuadas y suficientes para realizar intervenciones a nivel
familiar que no apunten tan solo a lo asistencial, sino que le permitan
intervenir en las relaciones familiares.
La
metodología que se propone está basada en cuatro etapas básicas, las cuales no
difieren mayormente del esquema clásico utilizado en los métodos de Trabajo
Social que son Diagnóstico, Programación, Ejecución y Evaluación. A través de
estas cuatro etapas metodológicas, describir y aplicar dicha metodología
especializada al Trabajo Social Familiar, en una perspectiva diferente de los
métodos tradicionales.
Se
presenta a continuación la descripción de cada una de las etapas del proceso metodológico,
recordando que en la práctica estas etapas son mucho más dinámicas y que estas se
van superponiendo unas con otras a veces con configuraciones en espiral.
La
atención a la familia empieza cuando el Trabajador Social establece la primera
relación con ésta y con la situación con la que deberá trabajar. El proceso se
inicia en el punto en que se encuentra la familia, involucrándola en la
identificación de sus dificultades y de sus recursos.
Se
contempla a la familia en su globalidad. En ocasiones esta intervención se
realiza directamente con un solo miembro de la unidad familiar, ante la imposibilidad,
por diversos motivos, muchas veces, de hacerlo con todos, pero nunca se pierde
de referencia al sistema familiar y la visión de todo él.
Esto
le da libertad y flexibilidad al Trabajador Social para invitar al trabajo a
todo el sistema familiar, a algún subsistema, o a los miembros en forma
individual. La atención puede ser en la oficina del Trabajador Social, en el
domicilio de la familia, el lugar de trabajo, escuela, etc.
Etapas
del proceso metodológico:
Ø Diagnóstico Familiar.
Ø Acuerdo.
Ø Intervención Familiar.
Ø Evaluación Familiar y Cierre.
Ø La demanda familiar:
El
proceso se inicia cuando una persona o familia acude al Trabajador Social con
una demanda o petición. Es necesario tener en cuenta que la demanda,
generalmente es el primer contacto de la familia con el Trabajador Social. La
demanda puede adoptar múltiples formas puede ser explícita y concreta, o
inespecífica y ambigua, material, inmaterial, en términos individuales o familiares.
La
demanda es el primer elemento de información con que contamos y nos da
orientación acerca de:
§ Lo
que la persona demandante considera que es problemático para ella, su familia o
para su entorno inmediato.
§ De
la manera como esa persona encara sus dificultades: como algo propio y que está
en relación consigo misma; o como algo que le es ajeno, que le es dado.
§ De
las expectativas que tiene esa persona en la resolución de sus dificultades y
del papel que, a su juicio, tienen que cumplir tanto ella, como la institución,
el Trabajador Social, los recursos.
§ Finalmente
de la forma como cree que puede ser ayudada por el Trabajador Social.
En
Trabajo Social Familiar, al realizar un proceso de diagnóstico con una familia,
éste no puede ser realizado desde una sola caracterización. Si se fragmenta a
la familia y se analiza solamente algunas áreas, no se podrá comprender su
efecto siempre dinámico. El desafío es una mirada holística de la familia, en
donde se incluyan todas las dimensiones que la componen. El diagnóstico
familiar es así, mucho más que la suma de los diagnósticos individuales de cada
integrante de la familia.
Objetivo
del diagnóstico: Conocer las problemáticas sentidas y no sentidas de la
familia, sus recursos y habilidades tanto en la dimensión directa como en la
indirecta.
§ Actividades:
Contactos telefónicos o personales con el o los derivantes, Revisión de fichas
sociales o clínicas de la familia a atender. Visita Domiciliaria. Reunión clínica
/ técnica. Coordinación institucional. Registro de las intervenciones.
El
proceso de diagnóstico termina una vez recopilada toda la información significativa
que se necesita para la comprensión de una determinada situación familiar. Este
proceso se traduce finalmente en la elaboración hipótesis sistémicas.
Peggy
Papp señala que la hipótesis inicial es necesariamente especulativa y se la
utiliza como base para recoger información adicional que habrá de confirmarla o
bien refutarla No es necesario esperar a contar con una hipótesis definitiva para
intervenir, ya que con frecuencia solo las intervenciones permiten descubrir
una información crucial. El propósito fundamental de la hipótesis es establecer
conexiones.
Para
ello se elaboraron dos pautas de diagnóstico familiar las cuales pretenden
abordar la dimensión del Trabajo Social Directo y el Indirecto. Se consideraron
los aportes de cuatro autores que son Hartman Hartman Laird y, Ana María
Campannini, Peggy Papp y Virginia Satir.
En
relación a las técnicas es necesario señalar que, no siempre se usan todas ellas,
su empleo es de acuerdo a cada una de las familias y en relación al
adiestramiento de cada trabajador social.
En
la pauta de diagnóstico para la “dimensión directa” de la familia se consideran
los siguientes elementos:
1. Antecedentes
y datos básicos sobre la familia que consulta.
2. Antecedentes
de la demanda o motivo de consulta.
3. Antecedentes
de la estructura familiar.
4. Antecedentes
de la situación problema.
5. Antecedentes
de las fuerzas familiares para la estabilidad y el cambio.
6. Fuerzas
o factores claves de evaluación de Virginia Satir.
En
la pauta de diagnóstico para la “dimensión indirecta” de la familia se
considera principalmente: las redes sociales y enlaces con la sociedad. Se
puede complementar con la aplicación del Ecomapa.
Para
el Trabajo Social Familiar, la dimensión indirecta adquiere una gran importancia,
especialmente cuando es una situación del contexto extra familiar la que está
produciendo o manteniendo una situación problema.
Previo
a desarrollar la intervención propiamente tal, el modelo propone la realización
de un acuerdo explícito, escrito u oral, entre el Trabajador Social y la
familia. Objetivo del acuerdo: Se espera que se pueda manifestar a través de un
ritual, las intenciones de cambio manifestadas por la familia al acudir a un
proceso de intervención familiar.
Dicho
acuerdo debiera considerar los siguientes puntos:
·
Fechas y horarios de atención. Lugar en que se
realizarán las atenciones (institución y/o domicilio de la familia).
·
Duración aproximada del proceso de intervención
familiar (tiempo y frecuencia de las sesiones).
·
Definición del problema Derechos atribuibles al
profesional (citación de otras personas significativas, entrevistas individuales
con algún miembro, etc. ).Derechos atribuibles a la familia (solicitudes
especiales, etc.)
·
Arancel ( cuando corresponde )
En
relación a la definición del problema, se espera que una vez que el Trabajador
Social en conjunto con la familia ha realizado el proceso de diagnóstico,
exista una devolución hacia la familia respecto a la situación problema. Como
se ha mencionado anteriormente, cuando una familia consulta, viene con su
propia definición de problema. Si el Trabajador Social acepta esta definición,
limitará la posibilidad de un cambio más profundo en la familia, ya que su
definición entiende que el conflicto es causado por un solo miembro de la
familia, “el paciente identificado “.
Por
esta razón, se espera que al iniciar una intervención familiar, se realice un
acuerdo que también incluya un consenso respecto a la definición de la situación
problema, entre el Trabajador Social y la familia. Si bien lograr esto es a
veces solamente posible con posterioridad a la intervención, por lo menos se
debe velar por que toda la familia se sienta mínimamente implicada en el
problema y así la responsabilidad no recae exclusivamente en el paciente
identificado. El acuerdo es principalmente un acuerdo comunicativo.
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